El clítoris molesta, como molesta el placer femenino.
Lo que no se nombra no existe. Así fue cómo las mujeres vivieron durante siglos, y hasta hace muy poco, la odisea del placer. Todas sabemos cómo obtiene placer sexual un hombre sin embargo la mayoría de ellos desconoce dónde se encuentra el clítoris en la vulva de una mujer y siguen creyendo que la mujer obtiene el placer sexual exclusivamente con la penetración vaginal.
El clítoris ha sido objeto de abusos físicos y intelectuales desde hace miles de años.
Por un lado no podemos obviar la barbarie que se practica en muchas niñas y mujeres: la mutilación genital femenina. Esta práctica se lleva a cabo en al menos 30 países de África y Oriente Medio. Se calcula que unas 200 millones de niñas y mujeres en el mundo han sido víctimas de esta barbaridad. Consiste en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, pero abarca todos los procedimientos que alteran o dañan los órganos genitales femeninos por razones no médicas. Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
Aunque se refieren a la misma práctica, hay una importante diferencia entre llamarlo “ablación genital femenina” y “mutilación genital femenina”, el primer termino la legitima y el segundo la condena. El uso de la palabra “mutilación”, usada desde 1991, refuerza la idea de que esta costumbre es una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres y por tanto ayuda a promover un movimiento nacional e internacional para su abandono. Las familias no quieren admitir que mutilan a sus hijas y por eso emplean el término ablación u otros como excisión, infibulación o “circuncisión femenina”.
Por otro lado, nos encontramos con el borrado intelectual que el clítoris ha tenido en libros de medicina y estudios de anatomía. En el siglo XVI, Vesalio, padre de la anatomía, calificó el clítoris como “una parte nueva e inútil”. Hasta 1998 no se conoció la anatomía completa del clítoris, con todos sus elementos. En este año, la uróloga australiana Helen O'Conell describió por primera vez la anatomía completa del clítoris con todos sus elementos. En esa descripción se incluyen los bulbos cavernosos, se menciona su relación con la uretra y la vagina y se detalla su vascularización. ¿Os imagináis que no se hubiese estudiado el glande completo hasta hace apenas 25 años? Impensable.
El clítoris es el único órgano del cuerpo humano que existe con la única función de generar placer y todas sabemos que el placer de la mujer molesta.
En el siglo XIX diagnosticaban a mujer con una supuesta enfermedad llamada histeria femenina que solo podían tratar con masajes en el clítoris.
Los médicos lo practicaban hasta que los síntomas de la mujer desaparecían. Esta enfermedad llegó a considerarse una epidemia ya que cualquier dolencia leve la atribuían a la histeria femenina. Cualquier mujer que no acatara las normas o que tuviera algún problema médico que no se llegase a resolver era catalogada de 'histérica'. Y se daban las dos cosas, tanto las mujeres que eran un poco más 'problemáticas' o que se revelaban, como las que tenían algún tipo de patología como el síndrome premenstrual o trastornos de la menopausia. A todo lo tachaban de histeria femenina. Evidentemente los médicos destinaban muchas horas de su consulta a tratar a las pacientes masturbándolas hasta llegar al orgasmo y esto no solo les hacía perder mucho tiempo sino que les afectaba físicamente y padecían dolores musculares en sus manos. Así fue como nació el primer consolador eléctrico.
A pesar de la estupidez de la histeria femenina, numerosos estudios afirman los beneficios y el efecto terapéutico que tiene la masturbación femenina. Esta práctica facilita el autoconocimiento y mejora la autoestima. Sumado al empoderamiento que supone saber que no necesitas de nadie para obtener placer y disfrute para ti misma. Darte placer, quererte, cuidarte, inconscientemente tu cerebro interpreta que eres merecedora de ese cuidado.
Como sociedad, tenemos que normalizar que el sexo y la sexualidad, es salud y que nosotras merecemos cuidarnos y disfrutarnos a la par que los hombres.
Si hiciésemos una encuesta a pie de calle el 90% de encuestados reconocerían los genitales masculinos, todo lo opuesto sucedería si hablamos del clítoris.
Empecemos a visibilizar el placer femenino, el órgano encargado de ello y todo lo que trataron y tratan de ocultar.
Gracias a todas las que habéis abrazado esta pieza y la habéis hecho vuestra.
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